Desde el 2 de enero hasta mitad de febrero de 2013, realicé cien notas de facebook con lecturas de poesía publicada en el país desde los últimos días de 2011 hasta los primeros de 2013. La selección, que llevaba el mismo título que este blog, abarcó textos que aparecieron en papel y en blogs, tanto de poetas como de traductores de distintos lugares de la Argentina. Las que denominé "entregas de poesía" también incluyeron doce "yapitas": otras notas con videos y audios de lecturas de poesía en distintos tipos de experiencias.

En los últimos días de diciembre de 2013, decidí reunir todo ese material en este blog, más algunos agregados de libros que también se publicaron en 2012 y que no había llegado a incluir en la primera selección.

No hace falta aclarar que estos textos no agotan toda la poesía publicada durante ese año, pero intenta ser un aporte que muestre las variadas y valiosas poéticas que podemos leer actualmente en el país.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Entrega 75: 1º de febrero de 2013





Pamela Terlizzi Prina (Adrogué, pcia. de Bs. As.), Estado de espesura, Ruinas Circulares, 2012.













Hermano


Tuve un hijo de mi madre

Mi gravidez fue la de una casa
de seis ovarios

Sin azules la casa devora
pone agujas en el algodón
deduce de una caricia
el hervor
de un perfume
el filo
de un jarro
la sed

Tuve un hijo en esa casa
lo parí en prédica
en defensa de los fantasmas
en la entrega del álgebra
de los relojes
y la vergüenza

Lo tuve y lo tengo
por sobre el verbo y el alimento
adentro y lejos

Y me reverbera la carne
que es la suya
el parpadeo lerdo
que es el suyo
las manos vueltas
ratas o palomas o caníbales
según el cielo
el ruido

Tengo un vientre mudo entre los brazos
uno que no dice nanas
uno que ciñe la niñez que guarda la memoria
la misma que flagela la verdad
un yo madre del hijo de mi madre





Hambre


                              "El terror es un conejito muy lindo,
                              da gusto poder tocarlo".
                                                 Liliana Díaz Mindurry



Caracolas negras son tripas

Hago silencio no los llamo gusanos ni moluscos
ni les digo del asco o la guerra

Me completan de seres muertos destrozados por mí
por mis dientes inescrupulosos voraces

Por cada verso un bocado
es una caída sin orillas ni abismo
un displacer redondo
una motricidad que me compele a la inocencia

Soy un rostro que no me cabe en las manos
para llorar con un quejido apenas
un cuerpo que no me cabe en el cuerpo
que crece de un silencio mudo y sólido
sordo y afiebrado

Todos los diablos del estómago me patean
cuando muero un poco
boca abajo
cuando quiero salir de mí
y empequeñecerme y decir
y que la voz suene
arda
cante






Entrega 74: 1º de febrero





Leticia Ressia (Pellegrini, pcia. de Bs. As.; vive en Córdoba), La selva oscura, Pan Comido/Gráfica 29 de Mayo, 2012.













La esperanza

   
Espero.
El sarro sigue acumulándose
en las canillas y el interior de la pava.

La dicha despertará un día
de esos lugares oscuros.

El tiempo también
aguarda algo de nosotros.





Barro adentro

                                   "La Pampa entera es el vasto lecho de un mar". Adán Buenosayres



Dos metros bajo el agua
crece el monte.
No hay luz ni mirlos,
aquí la palabra está muerta
podrida con otros organismos.
Crece negro y baboso
el alambrado,
viene en aguas turbias
el desierto.

Somos lo que apareció de él
y rayamos el crepúsculo
con las uñas de los gauchos fósiles.
Nada se parece al encanto infantil de las horas,
yermo el cielo
faenada ya la carne de nuevas cautivas
la patria grande
envenena.






Entrega 73: 31 de enero de 2013





Marisa Do Brito Barrote (CABA), poema publicado en agosto de 2012 en su blog Árbol de libros / Escritos.












Studebaker


Se escuchan los truenos

como un robot desvencijado por la lluvia
o tal vez sea un camión que arrastra su osamenta
por los adoquines.


Salíamos del hospital cuando lo vimos,

como recién pintado, reluciente,
en azul celeste y azul metalizado,

al Studebaker
que se robó la hiper.


Salíamos del hospital y lo vimos,

como una aparición,
mastodonte de lata.


Estacionó el 12 y casi se tira del auto.
Gritaba: “Este es mi camión
Es mi camioncito, es el mío.”

Se agarraba la cabeza.
“Llamá a la policía, que es el que me robaron”.



20
años atrás
de la puerta de su casa.


“Tiene grabada mi inicial con una llave
en la gabina.”
Decía trepándose a la caja:
“Se la borraron.
¡Qué hijos de puta! ¡se la borraron!”



Como un espectro
el mionca fantasma vino del pasado
para despedirse.




Hoy lo escucho roncar
en la noche vacía
como un trueno de hojalata.


Él viene al volante
comanda la tormenta
que cayó con tanta lágrima.












Entrega 72: 31 de enero de 2013




Enrique Solinas (CABA), en Invocaciones. Cuatro poetas en la voz del mito, Ediciones Ruinas Circulares, 2012.














Dionisos


                         “Celebro los ritos de noche.
                         Las tinieblas traen devoción.”
                                     Eurípides, Las Bacantes





                                            Címbalo, címbalo, címbalo.
                                            Címbalo, címbalo, címbalo.

Preso del horror, mi yo,
mi desposesión primera y definida,
mi carne, mis huesos y mi espíritu,
separados y unidos y vueltos a separar,
separados y unidos y vueltos a separar.
Alfa y Omega,
golpes de Orden y de Caos.
Alfa y Omega,
                      Shalóm, Elí,
Mantram,
                Quetzalcoatl.

La noche, el toro, la serpiente, la hiedra,
el éxtasis del músico,
susurro las palabras del viento,
su temblor,
las hojas que caen prematuras
desde el libro
de la sabiduría.
Aquí estoy,
de nuevo,
aquí,
cuando la piel que pide más y tanto
y otra vez,
cuando la piel que pide más y tanto.
Soy un licor furioso que penetra tu voz,
el origen del sueño.

Despedazado el cuerpo de la infancia,
lanzado a su dolor,
detrás de las estrellas,
hacia los límites
de la melancolía;

a la espera del tiempo en que las partes se unirán;
a la espera del deseo que unirán las partes.

Tu cuerpo se abre
como una sombra
que acecha.
Nunca ha de morir
quien no ha nacido.


Pequeñísimo dios,
tu espíritu fluye
y cierra las puertas de la tarde.
Cuando la razón se aleja,
cuando la locura es única razón.
Y sólo es posible pronunciar tu nombre
hasta el exceso de la carne.
Y sólo es posible continuar sin tregua
la desmesura,
                        el fulgor,
                                         la asfixia.


                                   El niño, la noche, el jardín, un ciervo,
                                              perfume de amapolas,
                                    el cirio y las muchachas que rezan,
                                       abrazadas al cuerpo del dios;
                                    su cuerpo despedazado y vivo,
                                                 niñas puras,
                                           comen su corazón.

Ojos en blanco.
Tu perfume
invade este candor.
Es el nacimiento de la dicha,
manos que acarician como puñales.
Es la libertad del vino
y la cópula
que todo calma
y colma.

                                     Danza la palabra en tu lengua,
                                             corazón de nadie.
                                          Brilla la estrella negra.

                                              Todo hombre
                                           es un toro ciego,
                                   preparado para su ejecución.

Nacido del costado del padre,
mi cuerpo hindú.
Sólo conozco el placer
que invade las ciudades.
Prometo
la dulzura del miedo,
entre mis brazos,
la belleza del crimen.
Ofrezco a quien desee
el vino de los sueños,
hasta su destrucción.

En danzas nocturnas
amaré.
Todo cuerpo
cubierto de rocío
amaré.
Amaré la noche,
la solitaria noche
de multitud reunida.
Y no alcanzarán
todas las palabras del mundo
para apagar la lluvia
del incendio.

                                                      ¿Qué magia, qué dolor,
                                              que ausencia pega en el pecho
                                                        y nos recuerda
                                                  que nada volverá a ser
                                                  como en un principio?
                                            ¿Qué perros ladran y anuncian
                                                            un final
                                                             fatal,
                                                    sin alegría ni tristeza?

Cuerpo despedazado
por la furia de la razón.
Cada parte arrojada
hacia un extremo del universo
No hay dicha, no,
sólo hay venganza.
Manos que horadan la carne
en busca de aquello que no existe.

                                                             El desvarío.

A lo lejos,
una música alucinada
surge  como rumor
que trae el viento.
Se oye leve y precisa,
cálida y fugaz,
como el abrazo de una madre
cuando despierta el hijo.

Nadie la puede oír como yo,
nadie sabe muy bien
de qué se trata.

Son las voces antiguas,
las voces nuevas,
las voces viejas
de la locura
preparadas para el amor.

Música que embriaga
hasta la noche
como el vino
que sobre los cuerpos
escancio.
Música que va diciendo,
con lentitud,
Ditirambo, ditirambo.
Ése es mi nombre ahora,
sobre la tierra árida
que espera los cuerpos
del dolor,
Este es mi nombre
ahora.

Porque yo soy un dios
y he de sobrevivir a todas las épocas,
(nada fue en vano).

Porque yo soy un dios,
mi partes volverán a reunirse,
renaceré
cubierto de gloria.

Andaré de nuevo por esta tierra
plagada de hombres injustos.
Cabalgaré la lluvia.

Y no descansaré
hasta que cada rincón
de este mundo-infierno
sea tiniebla renovada
y nos proteja con su luz.

                                            Címbalo, címbalo, címbalo.
                                            Címbalo, címbalo, címbalo.





                                                             Dionisos o acerca de la locura


             Más allá de las múltiples definiciones y funciones existentes acerca y sobre el mito, la que me guía de manera instintiva a la hora de su reescritura, es la de echar una mirada nueva sobre un concepto aparentemente anquilosado. De esta manera, el mito es una invitación para actualizar su cuerpo y proponer diferentes alternativas a lo ya establecido. Por lo tanto, el mito griego no es clásico por ser el origen de la cultura occidental, sino porque cada vez que lo leemos encontramos en él significaciones que dan sentido a nuestro mundo contemporáneo.

El mito de Dionisos, tal vez, sea el más atrayente y seductor por tratarse de un dios prohibido. Y como toda prohibición instala el deseo –al decir de Freud– quizá es uno de los mitos más recreados y citados en la historia de la literatura. Esto se debe a que Dionisos es el dios de la modernidad, ya que otorga libertad a las mujeres para que ejerzan su sexualidad. Les da inmunidad ante la concreción de un crimen, si están tocadas por el espíritu del dios. Justifica la locura del mundo con la no justificación. Prefiere la música de percusión que genera y combina el Éros y el Tánatos, oponiéndose a la armonía. Pacta con Apolo y ambos dividen el tiempo: mientras que éste habita la luz y se apropia del día, Dionisos es el Rey de la Noche, donde todo es misterio y la oscuridad favorece a lo desconocido.

El dios extranjero, el dios nacido de padre, el dios de los placeres del mundo, el dios inquietante, el Señor del Caos. Poseedor de un presente absoluto, estas son algunas de las máscaras que el hombre le dio a Dionisos como reflejo de su propia esencia. Él es aquí y ahora, porque fue y también será. Por sus acciones, ha sido castigado, su cuerpo descuartizado y lanzado hacia cada extremo del universo. Es un dios sin tiempo que resucitará cuando las partes palpitantes vuelvan a reunirse, gracias a sus seguidores que rezan para que esto suceda cada día de sus vidas.  

Por estas razones, para su reescritura, preferí la forma sin forma, errática a veces, fragmentaria y profundamente musical. Los sentidos pueden parecer crípticos, pero responden a nuevas interpretaciones y asociaciones en torno a su figura. También apelo a ciertas imágenes, símbolos y recursos de la poesía griega para intentar que el texto parezca atemporal.  Desde esta visión, Dionisos es movimiento, frenesí, y en cada fragmento se insinúa cierto aspecto del dios que creímos correcto no profundizar, para así mostrar cada faceta y que cada cual las recepcione desde su percepción.













Entrega 71: 31 de enero de 2013




Macky poeta (Macky Corbalán; Neuquén), El acuerdo, La mondonga dark, 2012.












La danza


1
Una danza el amor, en la que cambia
la coreografía a cada paso. No hay certezas
con los años, las figuras se aprenden
en la práctica, aunque nunca han variado.
No es preciso entender, solo copiar
la regularidad de su dibujo, hacer
lo que todos: mantenerse en movimiento.



2
Y la música. Se escucha y no,
como cuando se dice sí,
con la cabeza y con furia se piensa
otra cosa. Y sentimos el asesinato
escocer los dedos.


3
A veces, la danza se interrumpe. Puede
hacerlo un instante o más, pero siempre
parecerá una vida.







La musiquita



9
Apenas vino el primer calor, los frutales
antes secos, se rodearon de un halo
        verde que ahora es flor


blanca. Sin preguntas
y cuando corresponde, cada árbol
hace lo que mejor sabe.








Entrega 70: 30 de enero de 2013




Pedro Donangelo (CABA), poemas publicados en su blog El poeta ocasional.














Parábola de una pelota de tenis



curva plana, abierta y un punto fijo llamado foco.



Ahora bien, partiendo de Física y atravesando la noche,
surge con el primer resplandor, el mundo real
disponible a la parábola de una pelota de tenis
arrojada por mi mano.
Debajo de la línea,
la carrera atolondrada de Timmy hasta el punto extremo
suma otro instante al arcón de la dicha.
Arriba truenan los pensamientos, los bárbaros despertadores,
los que martillan a futuro,
los que estremecen tu voz en el auricular
enmascarados en la ventaja de las sombras
de un escenario presuntamente apacible.


Poema publicado en su blog el 8 de mayo de 2012.








Anteojos estilo Drácula y la inocencia (o una biografía transfigurada)


transitan infinitas veces durante el día
la misma ruta del aire como un péndulo vertical
de movimientos irregulares
y pausas imprevistas sobre el tabique
y frente a la planilla de cálculo
o a la proyección de mis deseos a la hora trece:
un menú económico.


Desconfían de mi vida cuando anochece
y el haz de luz de la máquina imita
a la luz de la luna.
Y una forma imita a otras.
Cierro la idea que abre el sarcófago
y sobrevuelan los anteojos por la habitación
antes de lanzarse a la búsqueda de la sangre
que les plazcan.
No la encuentran
y regresan al estuche azul.


Mi perro duerme a mi lado
como un osito de peluche.



Poema publicado en su blog el 6 de diciembre de 2012.








Entrega 69: 30 de enero de 2013






Elena Anníbali (Córdoba), poema publicado el 25 de junio de 2012 en su blog Che, Madame.









Ahora que terminó el verano, aquí no queda nadie




los galgos finísimos, los sabuesos de mandíbulas poderosas,

un dálmata pequeño y angustiado

quedaron sin dueño aparente




recorren las avenidas en grupos, entran

a los parques solitarios

a beber el agua pesada y mustia de las piletas de natación

a pesar que el río es ancho y dulce, y está cerca

de todos




hubo una época portentosa de lluvias:

el agua desbordaba el cauce, y dejaba, en los márgenes,

pejerreyes plateados, dos o tres madrecitas

y las mojarras, del color del cieno

que brillaban con el sol generoso

emanando ese olor a muerte




todo está vacío, ahora, lleno

del aire, de la sombra del aire

que roza las columnas de las galerías,

el vidrio atónito de los gimnasios de las casas de veraneo

los rosales podados




cuando es de noche, siempre, se encienden

las lámparas solares

y pensamos en la tierna dicha de las mariposas nocturnas

volando en torno a la luz

celebrando a su pequeña, artificiosa

divinidad











Entrega 68: 29 de enero de 2013





Samuel Bossini (de Santiago del Estero, vive en CABA), Mundo Natural, Malvario, 2012.













Mundo Natural como fantasma del hombre cuando transcurre su otra vida fuera de momentos, partidas, regresos; climas, fronteras, espacios y tiempos.

Mundo Natural que apresa su juego. Su razón reside en la construcción de un Alma que indaga en la otra normalidad de los cuerpos. Dibuja en el Aire una Mano cuyas líneas serán leídas bajo el manto, por esa mirada que descubre, en las ceremonias y sus silencios, la parte del bosque donde el espíritu, por diversión o hartazgo, reta con ligereza al destino.

Mundo Natural que sólo puede ser traspasado desde un lenguaje poético.

Mundo Natural que colmará su cielo en esta tierra, llenando su vientre con aquel presagio de los Dioses: El pasajero tocará las aguas.










¿Qué nadie está en la vida que se le conoce? Dionisíacos o Apolíneos. Roza o pisa, no importa, haz tu Poema. Con las ninfas y los malos poetas es necesario cautela. El día se abrirá tanto que cegará al vidente. La soledad es un cazador de cabezas. Hay formas que se ocultan. Los detalles pierden sus prendas en los muelles. La verdad y el Amor como Mano que se abre dispuesta a aplastar la luna. Los sueños no trabajan para uno. Si existe una tarea es reponerle la inocencia a la Palabra. Estar atentos y observar nuestro encuentro con lo incompatible. Mundo natural hermético y mundano. El metafísico pierde su risa en un vaso de Agua. Necesito lo que llega, por ello me cuido de perderlo. Cuando el tiempo no pueda extenderse bajo los párpados, nada será azar en el instante.
Hasta la derrota exhibe su vanidad.









Carta de despedida de un enamorado 

Nada hay Amor. Nada. Ni brazos emergiendo de los bosques con dedos inclinados. Nada Amor mío. Ya nadie recuesta el Alma sobre aquel árbol que se curva sobre Agua pura y abundante. Nada hay Amor. Los cuerpos buscan un espacio donde correr de una punta a otra sin acabar como hormigas nerviosas dentro de un vaso. Unos sonidos de tijeras anuncian la levedad. ¿Quiénes se aman? ¿Podemos sentir el roce de sus labios como el Ala de una avispa? ¿Cómo Amar sin sentirse frente a un espejo construyendo un rostro? Nada Amor. Ni el ademán de leer las huellas de los rostros grabados en la almohada. Las manos pueden cerrarse y conservar un eco para luego liberarlo en un cuarto de baño. Todos somos ojos de una misma cabeza. Nada hay Amor. Puede verse con claridad cuando intentas en mitad de la Noche rehacer nuestros fantasmas famélicos y heridos. Suavemente el Cielo cambia sobre nuestras cabezas y nos hace danzar frenéticos sobre nuestros pies de toros y decir: nada hay Amor, sólo sea nuestro desvalido apego por matar y devorar la presa.







Entrega 67: 29 de enero de 2013




Romina Freschi (CABA), Marea de aceite de ballenas, Ruinas Circulares, 2012.












inicial

las personas desfilan como pequeños fantasmas, aun cuando la cabeza resuena con algo que simula un poco más de claridad. el entretiempo. saber qué se debe hacer. pero insistir en la dilatación… dilatar la manía, la sensación conocida, no salir de ese techito de sombra conocido y ya algo meado y maloliente. el calor del desgano es el mayor pretendiente de la soledad y lame apacible ante la intemperie. atravesar el bosque para llegar al sueño parece una proeza. dormir aquí en medio de los bártulos parece ser la concentración máxima de la memoria. pero el olor y la espalda también se concentran, y se contracturan. todos son primeros pasos. vacilantes. juntar el valor, volver, revolver. juntar el valor.






inicial xiv


la suposición de la carga
una mecánica cinematográfica
producción de la carne,  síntoma y soma
someterse a la emanación virtual de un cierto pensamiento
todo confluye ahí
en esa línea poco llana, apenas narrativa, sensorial.
todas las mañanas
retozar
reflejar una bola de navidad
y una sumatoria de relaciones.







Entrega 66: 28 de enero de 2013





Arkadiy Kutílov (1940-1985) en versión de Natalia Litvinova. Poema publicado el 1º de enero de 2012 en su blog Pregúntale al señor de la noche qué noche es esta.









En la infancia todo, hasta lo más insignificante,
está lleno de sentido:
la luz blanca, la oscuridad de las noches,
el ala, el remo y el columpio…


Y las escamas de los peces manchados,
el pollito, el halcón muerto,
el grito de la lechuza, el abejorro,
el prado después de cortar el pasto.


Como una molécula de vino en la sangre,
como un poema en el cerebro sensible,
como la luna en la noche de julio,
el punto de vista entra en el conocimiento.





Entrega 65: 28 de enero de 2013





Adrián Campillay (San Juan), Trovadores de piedra, Universidad Nacional de San Juan, 2012.














Cada uno tiene sus exorcismos
unos van a la playa
otros se hunden en el mar
y otros
se sacan los clavos en casa
como si fueran garrapatas
se quedan sin ropa frente al espejo
lloran largamente
y al abrir la heladera
sólo piensan en excesos
en sus madres
o en cualquier otro fracaso de ternura


como digo


cada uno tiene sus exorcismos.





.   .   .   .   .





Resto de una vanidad
absoluta
la belleza
disfrazada de cigarro
¿calma el fuego la sed?
¿o lo apaga el agua?
por donde baja ese hilo
punzantes
vienen las preguntas



la fe miente

el pensamiento da sombra.








Entrega 64: 28 de enero




Gisela Galimi (de Lobos, vieve en CABA), Para que nada cambie, Alción, 2012.












Ornamentos


Leer las manos,
no en letras que escriben
ni en la línea gitana
sino en los ornamentos.


En la izquierda la alianza
redonda como una promesa.


En la diestra un anillo
de plata diez esferas,
hermosas en lo imperfectas
de su grito metálico.


Y las uñas
rojas a veces,
generalmente blancas
cortas, limpias.





Gatopardismo personal



He mudado,
me di vuelta como una media.


Como quien parte los huevos
y dispersa la harina
sin saber si hará una torta
o ensuciará solo la mesada.


Yo que temía cambiar
hasta un neumático,
he rotado mi norte y mi sur
para sobrevivir.


Y, vuelta la calma,
retorné hecha otra,
con el pelo suelto
y una piel nueva.

Cambiar todo, para que nada cambie.







Entrega 63: 24 de enero de 2013






May Sarton en versión de Tom Maver (CABA): poema publicado en septiembre de 2012 en su blog Hasta donde llega la voz.









Ahora me vuelvo yo misma



Ahora me vuelvo yo misma. Me llevó
Tiempo, muchos años y lugares;
Me disolvieron y sacudieron,
Desgasté la cara de otras personas,
Corrí como loca como si el Tiempo fuera
Algo terriblemente viejo, gritando una advertencia:
“Rápido, que vas a estar muerta antes de que-”
(¿Qué? ¿Antes de que llegues a la mañana?
¿O de que el final del poema esté claro?
¿O de que el amor esté seguro en la ciudad amurallada?).
Ahora para estar quieta, para estar acá,
¡Siento mi propio peso y densidad!
La negra sombra sobre mis papeles
Es mi mano; la sombra de una palabra,
Mientras el pensamiento da forma a la que da forma,
Cae pesada en la hoja, se la escucha.
Todo se funde ahora, encuentra su lugar,
Desde el deseo a la acción, la palabra al silencio,
Mi trabajo, mi amor, mi tiempo, mi cara
Reunidos en un solo intenso
Gesto de crecimiento como el de una planta.
Lento como la fruta madura,
Fértil, separado y siempre gastado,
Que cae pero sin agotar las raíces,
Así es todo el poema, puede dar,
Crece en mí para hacerse canción,
Hecho por el amor y por él arraigado.
Ahora hay tiempo y el Tiempo es joven.
Oh, en esta sola hora vivo
Toda entera y no me muevo.
Yo, la perseguida, la que corre como loca,
Permanezco quieta, quieta ¡y detengo el sol!





 ºººººººººººººººººººººº


Now I Become Myself


Now I become myself. It's taken
Time, many years and places;
I have been dissolved and shaken,
Worn other people's faces,
Run madly, as if Time were there,
Terribly old, crying a warning,
'Hurry, you will be dead before-'
(What? Before you reach the morning?
Or the end of the poem is clear?
Or love safe in the walled city?)
Now to stand still, to be here,
Feel my own weight and density!
The black shadow on the paper
Is my hand; the shadow of a word
As thought shapes the shaper
Falls heavy on the page, is heard.
All fuses now, falls into place
From wish to action, word to silence,
My work, my love, my time, my face
Gathered into one intense
Gesture of growing like a plant.
As slowly as the ripening fruit
Fertile, detached, and always spent,
Falls but does not exhaust the root,
So all the poem is, can give,
Grows in me to become the song,
Made so and rooted by love.
Now there is time and Time is young.
O, in this single hour I live
All of myself and do not move.
I, the pursued, who madly ran,
Stand still, stand still, and stop the sun!







Entrega 62: 24 de enero de 2013





Jorge Ariel Madrazo (CABA), Ayer decías mañana, Ruinas Circulares, 2012.














                                      "Solo tienen sentido las cosas, si ocurren para los demás"
                                              (Dicho por el poeta Francisco Madariaga el 6 de agosto del 89,   mirando partir un tren).


Si algún secreto o sentido
         entona
el orden añil de las cosas
la inconquistable proximidad
(algún sentido o secreto entre
atroz centelleo cuchillero y
oros de relincho
    caballar)

ese secreto –o sentido– sólo
sería para los demás.

Si un brote floral una mujer un tren
alzan fervores de nocturna
             iguana
para otros lo harían
(nunca para mí)


Si esta escena descifra
cíclicos transterramientos
                      del    naranjal
queda completo el libro
                      de las Imaginerías:
Todo está en su lugar
y me abandona.

Lo mío trama un instante
              fugaz.
Parto al galope. Debo
dejar el sitio a otro
(se hace   tarde).


                                   Para el poeta Lucio Madariaga.





.    .    .    .    .    .    .    .    .






                                                     ...la muerte no era un estallido
                                                   sino una conversación, una clara evidencia...
                                                                                  Paulina Vinderman



En los últimos tiempos,
ésos del pre-morir,
él llevaba una boina marrón
escondedora del cabello amarillento y
en exceso largo     quizás
                  (no lo sé)

en los últimos tiempos sus pasos temblorosos
de gorrión
y la cuchilla de hielo del viento, al extraerlo
más luego de aquella ambulancia, en la camilla
del mal presentimiento, en el
playón desolado
bajo la noche negra y terminal
¡y el chofer nos reprochaba por el frío!

En los últimos tiempos, ésos del pre-morir
traía mi hermano el alma replegada
–sobrio bandoneón– y
en la mirada el ulular de alarma del barco
             hundido en la batalla
y manaba de su pecho la leche del que sabe
dejar,
dulce y calladito,
su silla en la escena del mundo.







Entrega 61: 24 de enero de 2013








María Teresa Andruetto (Córdoba), Peras, con ilustraciones de Florencia Tabbita, mágicas naranjas, 2012 (el poema pertenece originalmente a Kodak, Argos, 2001).








Peras

Había una rosca cubierta
de azúcar, una mesa con hule
verde y una frutera de vidrio
(por la loneta de las cortinas, el sol
sacaba tornasolados color de ajenjo),
y había peras. Recuerdo los cabos rotos
y el punto negro que, en una de ellas,
hace el gusano. Sé que las dos teníamos
el pelo corto y unos vestidos
almidonados.

Después algo (quizás el viento)
sonó allá afuera y mi madre dijo
que acababan de pasar
Los Reyes.